sábado, 1 de septiembre de 2012

es conveniente un banco malo




¿DEBE ESPAÑACREAR UN BANCO MALO?









El banco malo no pone de acuerdo a nadie: Para unos es la solución para que la banca vuelva a dar créditos a las familias y, según otros, constituye un error, como ya se ha demostrado en otros países. Hay quien sostiene que es la mejor opción para que las entidades de crédito salgan de la situación negativa en que se encuentran y, en el lado opuesto, figuran quienes señalan que los contribuyentes no deben pagar una vez más los platos rotos por las entidades financieras. ¿Pero, qué es y qué ventajas tendría un banco malo?


Un banco contra los activos tóxicos
Con mucha frecuencia, los informativos dan noticias sobre los millonarios beneficios que consiguen año tras año los bancos españoles. Sus balances parecen estar muy saneados, a tenor de las cantidades obtenidas que, si bien han disminuido con la crisis, son aún elevadas. Pero a la vez, se asegura que estas entidades tienen problemas, necesitan recapitalizarse. A pesar de que parezcan afirmaciones antagónicas, ambas son verdaderas. ¿Cómo puede ocurrir esto?

Como en cualquier negocio, en la contabilidad de los bancos aparecen por una parte los beneficios y por otra, las pérdidas, o sus ingresos y sus gastos, el debe y el haber. El problema surge con la valoración que se da a ciertos activos cuyo valor es incierto o, al menos, inferior al que marca la entidad en su contabilidad. Son los denominados activos tóxicos, constituidos en su mayor parte por inmuebles, suelo y créditos concedidos a personas y empresas, que no se devolverán.
En la contabilidad, el banco puede darles el valor que tenían en el momento de la formalización del crédito y como tal aparecen en sus balances, pero lo cierto es que están sobrevalorados en algunos casos y, en otras ocasiones, ni siquiera se podrán cobrar.
Si un banco prestó dinero a un usuario para que comprara una vivienda en el año 2006 y se la tasó en 200.000 euros. El hipotecado no pudo pagar y la entidad se quedó con la casa. En la contabilidad del establecimiento financiero, la vivienda figura como beneficio con valor de 200.000 euros, pero en realidad ese inmueble puede valer hoy en día 100.000 euros, así que la cantidad que se puede ganar con él no es la que figura en el balance. Pero mientras el banco no venda el piso, tendrá el supuesto beneficio de 200.000 euros.

Lo mismo sucede con otros créditos que el banco nunca recuperará porque la empresa que los recibió ha quebrado. Estos activos figuran como beneficios, dinero que el banco cobrará, cuando en realidad son pérdidas, ya que no lo recuperará o, si lo hace, será en un pequeño porcentaje.

Gestión pública
El banco malo se quedaría con todos los activos tóxicos que lastran a las entidades para que estas pudieran funcionar con mayor soltura. Podría estar constituido por una o más instituciones públicas que gestionarían estos títulos de dudoso cobro y las viviendas a las que el banco no ha podido dar salida.
Una de las cuestiones es cómo se valorarían los activos que se queda el banco malo. Es casi impensable que esta institución pública les dé el valor contable, el que la entidad de crédito dice que tienen. Pero tampoco tendrán el valor de mercado porque, en algunos casos, los activos no valdrían apenas nada, sobre todo si es suelo, que se ha devaluado mucho.
En otros países se ha tomado el valor inicial, el que figura en los balances de los bancos, y se le ha aplicado un descuento. El peligro es que en este proceso, al reconocer las pérdidas, las entidades se queden descapitalizadas y el Estado tenga que rescatarlas. Se crearían así bancos zombis, es decir que solo sobreviven gracias a las ayudas públicas que reciben.

Defensores y detractores



Según los defensores del banco malo, este:
  • Permitiría que las entidades no tuvieran que emplear sus esfuerzos en la venta de inmuebles, dejarían de tener un lastre en su contabilidad y, de este modo, volvería a circular el crédito hacia las empresas y las familias.
  • La imagen exterior que tendrían los establecimientos financieros españoles mejoraría y, con ella, su solvencia y sus beneficios.
Sus detractores aducen otras razones para negarse a su creación:
  • No hay que pagar con dinero público la mala gestión que han llevado a cabo las empresas privadas, que además han desestabilizado el sistema financiero.
  • Los contribuyentes no deben hacerse cargo de las pérdidas de bancos y cajas de ahorro, sobre todo cuando estas han entregado a sus directivos elevadísimas indemnizaciones al dejar la entidad. Sería socializar las pérdidas y dejar que los bancos solo disfrutaran de las ganancias.
  • Los ciudadanos se verían doblemente perjudicados: por la falta de crédito que han experimentado -muchos se han quedado incluso sin vivienda- y por salvar ahora con sus impuestos a estas entidades.
  • Quedarse con los activos tóxicos de bancos y cajas tampoco garantiza que las empresas y las familias disfruten de nuevo de créditos, como ya ha ocurrido durante los últimos años tras el apoyo recibido con dinero público.




SIEMPRE PAGAN LOS MISMOS, Y SE ESCAQUEAN LOS MISMOS

miércoles, 22 de agosto de 2012

EL IVA Y EL IRPF EN ALGUNOS TRASPASOS DE FUTBOL

1º¿Quién paga los 40 millones, el Bayern o el jugador?
De acuerdo con el Estatuto del jugador de la FIFA en su artículo 17. 2, la cláusula debe ser pagada por el jugador y su nuevo club de forma conjunta. No hay ninguna obligación de que el nuevo club ingrese el dinero al jugador y sea éste quien haga efectivo el pago.
2º¿Por qué la operación está exenta del impuesto del IVA?
Hace 10 años, cuando el traspaso de Ronaldo del Inter al
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, la
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de Fútbol Profesional hizo una consulta a Hacienda al respecto y la respuesta con carácter vinculante especificaba que el pago de la cláusula estaba exento de este impuesto porque se consideraba de naturaleza indemnizatoria.
3º¿Por qué la operación está exenta del pago del impuesto del IRPF?
Basándose en el artículo del Estatuto del Jugador, será el Bayern el que, conjuntamente con el jugador, hará el abono de la cláusula, por lo que se produce un pago de un club a otro club, del Bayern al Athletic, dos entes jurídicos. No interviene ninguna persona física.
El impuesto del IRPF sólo se aplica a personas físicas, por lo que no tiene razón de ser en este caso. Hasta la fecha, en todas las ocasiones en que en el fútbol español se ha pagado una cláusula de rescisión nunca se ha gravado con ningún impuesto, sino que simplemente se ha pagado la cantidad especificada en el contrato existente entre el jugador y el club correspondiente.
Hacienda tampoco ha reclamado hasta ahora nunca al respecto. El último caso fue el de Ayala, el central argentino que pasó del Villarreal al Zaragoza previo pago de 6 millones.


EL FUTBOL SIEMPRE BENEFICIADO

viernes, 20 de julio de 2012

RAJOY NO SE RECORTA DE LAS DIETAS

Resulta que no solo hay diputados rasos que cobran la ayuda de 1.823 euros mensuales para afrontar gastos de alojamiento y manutención pese a vivir en Madrid. Hasta cuatro de los 13 ministros del Gobierno de Rajoy, incluida la vicepresidenta primera, forman parte del 'timo de las dietas' que denuncia UPyD. Los casos más curiosos los protagonizan el presidente del Gobierno y el Ministro de Justicia.
En el caso de Mariano Rajoy, cobra la dieta a pesar de que es público que reside con su familia en el palacio de La Moncloa. Un privilegio reservado a los presidentes del Gobierno que incluye todos los gastos derivados —comida, luz, agua, mantenimiento…-. Vamos, que sus dietas se las ahorra enteritas.
[Más: Así es el timo de 62 diputados con las dietas]
El otro caso curioso es que uno de los ministros que también percibe ese extra a final de mes es Alberto Ruiz-Gallardón, quien, por motivos obvios, también posee una residencia en la capital. La misma que ha ocupado durante su etapa de exalcalde de Madrid. Sin embargo, este detalle no le hace renunciar a las dietas, y eso que se ha mostrado a favor de reducir gastos.
Los otros cuatro parlamentarios madrileños del Gobierno -Sáenz de Santamaría, Arias Cañete, Ruiz-Gallardón y Mato- tienen piso en la capital. La vicepresidenta, por ejemplo, posee un apartamento y comparte con su marido la propiedad de una vivienda. El resto de los ministros-diputados, que se presentaron a las elecciones en otras provincias, también tienen su residencia en Madrid, pese a lo cual cobran 1.823,86 euros mensuales en ayudas para alojamiento y manutención. Según ha desvelado El Confidencial, ninguno de ellos cobra el sueldo de parlamentario -la ley les prohíbe percibir dos retribuciones públicas-, pero sí las dietas que no tienen carácter salarial y están exentas de tributación.
Unas dietas que se suman a sus sueldos. En el caso del presidente del Gobierno, 72.600,36 euros anuales; la vicepresidenta, 68.268,50; y los ministros, 64.053,79 euros. Sueldos que, de momento, no han sido recortados ni por vía directa —como el de los funcionarios en el Congreso de los Diputados- ni por voluntad propia —como los del Rey y el Príncipe-.

lunes, 2 de enero de 2012

LOS PRECIOS EN LOS 10 AÑOS DEL EURO

La sensación de que con 1.000 pesetas se compraban muchas más cosas de las que ahora se pueden adquirir con seis euros está más que extendida entre los españoles. Antes de la llegada de la moneda única en enero de 2002, con uno de aquellos añorados billetes verdes se podía coger el autobús, ir al cine, tomarse una 'caña' -con una tapa- y volver a casa en transporte público. Ahora, con su equivalente en euros ni siquiera se puede comprar la entrada de cine.
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Con la llegada del euro los precios empezaron a subir. Por eso, una década después, es momento de ajustar cuentas con la moneda única. El sustituto de la peseta nos ha obligado a rascarnos más el bolsillo si queremos disfrutar de la misma manera del ocio, la alimentación, el transporte o la compra de una vivienda.
Han pasado 10 años desde que tuvimos en nuestras manos los primeros euros, y hoy ni la Unión Europea ni la moneda única viven sus mejores momentos, con una de las peores crisis económicas que se recuerdan amenazando su existencia y cada vez más rumores hablando del retorno a la peseta.


Los alimentos, por las nubes
El ciudadano de a pie sabe que los precios han subido, pero ¿cuánto? Dos cifras nos pueden dar una idea de lo que el euro nos ha encarecido nuestra vida: llevarnos el pan a la boca nos cuesta un 85% más que en tiempos de la peseta, mientras que las patatas se han encarecido un 116% durante la última década, según los datos que maneja la Asociación de Consumidores y Usuarios (OCU).
La información recopilada por la OCU revela que la cesta de la compra familiar es un 48% más cara en 2011 de lo que lo era en 2001. Es decir, los españoles gastan 2.200 euros más al año en alimentos que hace una década.
Pero esa no ha sido la única subida. Los carburantes casi han duplicado su precio de venta al público, y ni siquiera el transporte público ha dado un respiro a los usuarios. Trenes y autobuses urbanos e interurbanos han incrementado sus tarifas entre el 45% y el 58%.
Y, por si no fuera suficiente, el coste de las viviendas también se ha disparado. El metro cuadrado se paga hoy a 2.419 euros de media en España, un 66% más caro que antes de la entrada en vigor del euro.
Los salarios suben, pero poco
Pero, ¿y los salarios? Pues justo eso es lo que menos ha cambiado. La encuesta de estructura salarial del Instituto Nacional de Estadística (INE) afirma que en 2002 el salario medio de los trabajadores españoles era de 19.802 euros brutos al año, mientras que en 2009 -la última encuesta publicada- se situaba en 22.511 euros.
El incremento salarial que ha experimentado la población activa de nuestro país en la última década apenas llega al 14%, cuando el resto de actividades y artículos que les afectan en su vida diaria se han disparado por encima del 50%. Esto nos devuelve a la cola de Europa y vuelve a hacer bueno el dicho de que un empleado en España sigue siendo mucho más barato que uno en Alemania.